La libertad de expresión y la capacidad de difusión que solo el Internet puede brindar a este humilde escritor es un privilegio que nuestros padres y abuelos nunca tuvieron.

jueves, octubre 20, 2005

La Roca

Tras otro sepulcral silencio me reporto en vivo, ahora desde la ciudad colonial de Santiago de Querétaro. Hago una escala en mis vacaciones en casa de mis padres -¡benditos sean!- y dedico mi tiempo de descanso a la contemplación, a extrañar a Roxy, a leer un libro de Pablo Coelho y como diría Cerebro, a hacer mis planes para conquistar al mundo.

Tras un suave y cómodo viaje en un jet de Aerocalifornia, aterricé el domingo pasado en la pista 5 derecha del Aeropuerto Internacional Benito Juarez de la Ciudad de México, sin sospechar que mi maleta no nos acompañaba en el avión. Tras una horrenda espera de 3 días, el eficiente personal de la aerolínea la localizó y la hizo llegar hasta acá, yo, todo desgarbado, sin ropa -ni siquiera unos choninos- y bueno ya pasó la emergencia. La maleta ha llegado entera, con todo y mi cámara de video, mis zapatos y todo. A gozar de la vida.

El día de hoy salimos a pasear por este Estado de la República que tiene muchos atractivos turísticos, le fuí a dar mi visto bueno al nuevo Aeropuerto Internacional de Querétaro -hey Aerocalifornia a ver si metes vuelos directos de La Paz a Querétaro ¿eh?-. Luego visitamos La Peña de Bernal, una inmensa roca incrustada en el Altiplano Mexicano que es la 3a. más grande en el mundo, accidente geográfico con un pueblito anexado. ¡ah! Que gloria disfrutar de nuevo esas deliciosas gorditas de maíz azul rellenas de carne deshebrada, chicharrón, nopales, papa con chorizo... las posibilidades son infinitas y deliciosas.

Después de engullir unas cuantas gorditas -Goki, muérete de la envidia- procedimos campantes a ascender hacia encontrarnos cara a cara con este monstruo granítico y al menos abrazarlo. Claro está que mi condición física se encuentra mermada, viviendo yo al nivel del mar y subiendo a 1,800 metros para luego trepar a pie otros 200-300 sí cansa pero el espíritu se hinche dentro de uno al alcanzar la base de la gigantesca piedrota -okey, ya la abrazamos, lindo muy lindo, mejor ya nos bajamos-.

Aquí la famosa Rocota, y sí, para los preguntones, es la roca que se llama La Peña de Bernal que sale en el anuncio de Corona en los cines. ¡Ah! como extraño el cine. Aquí cerca hay puro cine de esos que te dan tu kit con bat y tabique -el tabique pa sentarte, el bat pa las ratas-.

Pero eso sí, Bernal es un pueblito precioso, con mucha tradición, pero sobre todo la comida, como en toda nuestra república es deliciosa.

Roxy, dile a Zöey que se porte bien. Saludos a todos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

super chido tu blog, se nota que te gusta escribir; siguelo haciendo porque lo haces muy bien, te invito a que te des una vuelta por el mio...