Dios puso a la mayoría de los países Latinoamericanos en una posición absolutamente privilegiada con respecto a las otras naciones de la tierra como el innovador Japón, el avasallante Estados Unidos o la ahora poderosa Unión Europea. Resulta ser que los pobladores de los países Latinoamericanos tenemos acceso a los Regalos de la Tierra.
Alimentos que, naturalmente están diseñados para satisfacer a los sentidos en toda la palabra. ¿acaso no ha probado últimamente unas deliciosas hojas de espinaca envolviendo un rico dip de atún? o ¿que tal la simpleza -y sensualidad- de un durazno?.
Pues alimentos tan simples y tan sencillos para nosotros pueden ser cotidianeidad, pero un melón en Japón cuesta una pequeña fortuna, tanto, que vienen envueltos en cajitas de terciopelo como si se tratase de una joya de la colección Cartier. Y lo curioso es, que el intento imperialista de nuestros vecinos del norte, nos quiere invadir con su alimentación chatarra: pizzas, hamburguesas, papas fritas, banderillas, nuggets, que, a lo mejor son deliciosos -no hay que negarlo- pero que a final de cuentas, y ya descontando la generosa porción de manteca que tapa las arterias y mata el corazón, no queda mas que una pobre colección de almidones, proteína animal de carne y huevo, en ínfimas cantidades comparados con la grasa.
Y esto es más preocupante para las generaciones de niños que en estos momentos felizmente, y a la vista de su "Cajita feliz" degluten miles de calorías de aceites que los acompañarán prácticamente toda su vida. Se ha demostrado que aceites como el de palma o coco permanecen adheridos en las arterias y venas provocando arterioesclerosis en edades tempranas.
Pero ¿que pasó con los alimentos que son Regalo de la Tierra? ¿Porqué los latinos estamos cayendo en el juego de los gringos, que ahora tienen generaciones de niños echados a perder por cortesía de Ronald McDonald? ¿Porqué habiendo alternativas saludables hay niños hoy en día que consideran un desayuno completo unos Doritos con Coca-Cola?
Pues porque simplemente el medio no solo familiar los obliga a comer alimentos chatarra, tal vez por conveniencia -hueva- o por prisa, sino también en las escuelas la interminable lista de alimentos no aptos es vendida felizmente a expensas de la futura salud de las generaciones actuales. El Boing, de frutas, ha sido desplazado por la nada nutritiva Coca-Cola en las escuelas, exponiendo a los niños a la gastritis temprana y a caries en sus dientes, eso sí, gracias a Coca-Cola la escuela puede contar con unas computadoras para que el proceso de absorción del agringamiento siga. Incluso las botanas mexicanas, más naturales, han sucumbido ante el poder de Pepsico y su marca líder Sabritas, a quien no le empacha vender alimentos con 50% de contenido graso.
Lo curioso es, que hasta hace algunos años yo no sé porqué le decían alimentos "chatarra" a las Sabritas, los Gansitos, la BigMac, la Pizza, el pollo de Kentucky... definitivamente pareciera un plan malévolo para destruir a las generaciones de futuros profesionistas, ingenieros y trabajadores de nuestro país.
La libertad de expresión y la capacidad de difusión que solo el Internet puede brindar a este humilde escritor es un privilegio que nuestros padres y abuelos nunca tuvieron.
sábado, abril 02, 2005
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