Se acerca, por fin, el olor a tierra mojada, en esta seca y sedienta tierra sudcaliforniana. Las nubes bajan y tocan los cerros alrededor de la ciudad de La Paz, trayendo consigo la necesaria agua que garantice la supervivencia de animales y vegetales en este árido rincón de la patria.
La tormenta tropical Blas está trayendo las primeras lluvias del año. Pasará de lado junto a este antebrazo de la patria, trayendo dos impresionantes colas que cuentan con millones de litros de agua en sus nubes.
La bendición de los huracanes es la renovación que brindan a la vida de nuestra tierra.
La libertad de expresión y la capacidad de difusión que solo el Internet puede brindar a este humilde escritor es un privilegio que nuestros padres y abuelos nunca tuvieron.
martes, julio 13, 2004
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