Caray, ya me están llamando los censores para ver qué pasó con el título de este escrito. No, no me refiero a ninguna pereza al ritmo de rollos de tabaco. Se trata del evento, del fenómeno entomológico que sufre día a día mi pobre automóvil. Resulta ser que todas las mañanas una parvada de cigarrones, o caballitos del diablo les dá por atacar en picada el cofre de mi automóvil por alguna extraña razón, dejando tras de sí tras rebotar contra la dura superficie del cofre, un rastro de color amarillo que es su hueva. Los pobres animalejos han decidido que el cofre de mi automóvil es un nido ideal para sus párvulos y bombardean el capó tal vez por el color verduzco de la pintura y que ahora ha de traer unas cinco o seis capas de cera de esas de teflón.
¡Ilusos! Haciendo todo ese esfuerzo para reproducirse para que quede en un sacrificio estéril pues llego yo y le doy una sacudida al cofre mandando todos esos huevitos al pavimento a ser alimentos para hormigas.
Ojalá pronto llueva para que estos condenados tengan charcas para reproducirse en vez de andar atacando mi auto... no me molesta a mí pero sería mejor para ellos que no anduviesen rebotando por todas partes...
La libertad de expresión y la capacidad de difusión que solo el Internet puede brindar a este humilde escritor es un privilegio que nuestros padres y abuelos nunca tuvieron.
miércoles, agosto 10, 2005
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1 comentario:
orale, a mi nave me pasa eso, y no sabia lo k era xD
hasta ahorita ahhh y vaya k es una joda!!
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